domingo, 8 de julio de 2012

Capitulo 29


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Justin
12.3°C

Mientras que ________ estaba en la escuela, pasé mucho tiempo en el estacionamiento, pensando en la reunión con la hablantina de Rachel y preguntándome lo que ella quizo decir con el comentario sobre el lobo. Me debatí entre ir a cazar Jack ó no, pero quería escuchar primero lo que ________ se había enterando en la escuela, antes de ir a cualquier caza de gansos salvajes. Yo no sabía muy bien cómo ocupar mi tiempo. Me sentía como alguien quien tiene una hora hasta que su autobús y este no es realmente suficiente tiempo
como para hacer algo importante, pero tampoco es muy poco para sentarse y esperar.

El frío sutil detrás de la brisa me dijo que no podría aplazar el abordar mi autobús por siempre. Finalmente conduje la Bronco hasta la oficina de correos, yo tenía la llave del apartado postal de Jeremy, pero sobre todo, lo que yo quería hacer era evocar recuerdos y fingir que había topado con él de casualidad. 


Recordé el día en que Jeremy me había llevado allí para recoger mis libros para la escuela, incluso ahora podrá recordar que había sido un martes, porque en aquel entonces, los martes eran mi día favorito.  Siempre disfrutaba ir a la oficina de correos con Jeremy, para mí era una cueva de tesoros con filas y filas de pequeñas cajas cerradas que contenían secretos y sorpresas sólo para aquellos con la llave correcta. Con una claridad peculiar, me acordé de aquella conversación, incluso hasta la expresión en la cara de Jeremy: 


-Justin. ¡Vamos, ven vaquero!-


-¿Qué es eso?- le pregunte. 


Jeremy metió de nuevo su mano entre la puerta de vidrio, y saco una enrome caja. 


-Tú cerebro- respondió. 


-Yo ya tengo un cerebro.-


 -Si lo tuvieras, me habrías ayudado abrir la puerta.-


 Yo le lanzó una mirada oscura y lo dejó que tratara de empujar la puerta por unos momentos más antes de que pusiera mis brazos para ayudarle abrirla. 


-¿Qué es realmente?- pregunte. 


-Libros escolares. Vamos a educarte correctamente, para que no crezcas siendo un idiota.-


Recuerdo lo intrigado que estaba por la idea de que la escuela estuviera "en una caja", solo hacía fata añadir agua y Justin. El resto de la manada estaba igualmente de intrigada. Yo era el primero en la manada que fue mordido antes de terminar la escuela, por lo que la novedad de mi educación era fascinante para los demás. .
Durante varios veranos, estos se turnaron entre las masivas lecciones y el hermoso olor a tinta de libros nuevos. Ellos metian la información en mi durante tiempo completo, todo el día: Ulrik para matemáticas; Jeremy para historia, Paul se encargaba de vocabulario, y más tarde, me ayudaba con ciencia. 


Me gritaban preguntas de examen en la mesa durante la cena, inventaba canciones recordar a los presidentes muertos, y convirtió una de las paredes del comedor en una pizarrón gigante que siempre estaba ocupado con “palabras del día” y chistes raros que nadie entendía. Cuando yo termine con la primera caja de libros, Jeremy la empaco y otra caja de llego para tomar su lugar. Cuando no estaba estudiando en mi escuela de caja, estaba navegando por la Internet en busca de otro tipo de educación. Buscaba fotos de gente rara de circo y sinónimos para la palabra “sexo” y la respuestas al por qué cuando miraba las estrellas por la noche, sentía romper mi corazón con nostalgia.


Con la tercera caja de libros llegó un nuevo miembro de la manada: Shelby, una chica bronceada y esbelta, cubierto de moretones y tropezando bajo un fuerte acento sureño. Recuerdo a Jeremy decile a Paul: 


-Yo no pude dejarla allí. ¡Dios! Paul, no viste de dónde venía. Tú no viste lo que le estaban haciendo.-


Sentía pena por Shelby, que se había hecho a sí misma inaccesible a los demás. Yo había sido el único que había logrado flotar una balsa hacia la isla que era Shelby, persuadiendo las palabras fuera de ella y, a veces incluso una sonrisa. Ella era extraña, como un animal frágil que haría cualquier cosa para recuperar el control sobre su vida. Solía robar cosas de Jeremy, de modo que tendría que preguntarle en donde estaban, jugaba con el termostato para ver a Paul levantarse del sofá para arreglarlo, escondía mis libros para que pudiera hablar con ella en lugar de solo leer. 


Pero al final todo estábamos rotos en esa casa, ¿no? Después de todo, yo era el chico que no podía si quiera soportar el ver un baño. Jeremy había recogido otra caja de libros de la oficina de correos para Shelby, pero estos no significan lo mismo para ella como para mí. Ella los guardo hasta que se cubrieron de polvo y en su lugar solo se dedico a desarrollar más su comportamiento de lobo.


Ahora me encontraba aquí en la oficina de correos, me detuve frente al apartado postal de Jeremy, eral el número 730. Toqué la pintura descascarada de los números, el tres casi había desaparecido ya había pasado un largo tiempo desde que había venido aquí. Puse la llave en la caja, pero no pude darle la
vuelta. ¿Acaso era tan malo que deseara esto con tanta fuerza, Una vida ordinaria llena de ordinarios años con ________, un par de décadas de darle vuelta a las llaves en cajas de apartados postales y recostarme en la cama, e incluso adornar los árboles de Navidad en invierno? 


Y ahora yo estaba pensando de nuevo en Shelby, y el pedaazo de esa memoria era agudo como el frío, junto a los recuerdos de ________. Shelby siempre había pensado que mi apego a la vida humana era ridículo. Yo todavía recordaba la peor pelea que habíamos teníamos al respecto. No era la primera ni la última, pero la más cruel. 


Estaba acostado en mi cama, leyendo un ejemplar de Yeats que Ulrik me había comprado, y Shelby saltó sobre el colchón y saltó entre las páginas del libro, arrugandolas bajo sus pies descalzos. 


-Vamos a escuchar los aullidos de lobo que encontré en línea- dijo ella. 


-Estoy leyendo - le respondí. 


-Lo mío es más importante - dijo Shelby, elevándose por encima de mí, los dedos de sus pies arrugaban aún más las páginas. -¿Por qué te molestas en seguir leyendo eso?- Ella hizo un gesto a la pila de libros de texto que estaba sobre la mesa al lado de mi cama. -No vas hacer nada de eso cuando crezcas. No vas a ser un hombre, seras un lobo, por lo que deberías estar aprendiéndote cosas de lobo.-


-Cállate- le dije. 


-Bueno, es verdad. Tú no vas a ser Justin. Todos esos libros son un desperdicio. Tu serás un macho alfa. Leí acerca de eso. Y yo seré tu pareja, la hembra alfa. -


Su rostro estaba emocionado, enrojecido. Shelby no quería nada más que dejar su pasado atrás.
Arranqué a Yeats de debajo de sus pies y alisa la página.

 -Yo voy a ser Justin. Yo nunca dejare de ser Justin-


-¡No los serás!- La voz de Shelby iba en aumento. Saltó de la cama y empujó la mi pila de libros, miles de palabras se estrellaron contra el piso. - ¡Solo estas fingiendo! Nosotros no vamos a tener nombres, ¡sólo seremos lobos! -


 Yo le grité: -¡Cállate, todavía puedo ser Justin cuando soy un lobo!-


 Y entonces Beck irrumpió en la habitación mirando la escena en su manera silenciosa: mis libros, mi vida, mis sueños, se extendían bajo los pies de Shelby, y yo en mi cama, aferrado a mi copia de Yeats que estaba en mis manos arrugada. 


-¿Qué está pasando aquí? -dijo Jeremy. Shelby me señaló con el dedo. 


-¡Dile, dile que el no va volver a ser Justin, cuando seamos lobos. No puede serlo. Ni siquiera sabra su nombre! Y yo no sere Shelby.-


Ella estaba temblando, furiosa. La voz de Jeremy era tan silencioso que apenas podía oírla. 


-Justin siempre será Justin - dijo él.


 El tomó a Shelby por su brazo y la hizo marcharse de la habitación, sus pies resbalaban en mis libros. Su rostro se notaba sorprendido, Jeremy se había cuidado de no poner la mano sobre ella desde que había llegado. Yo nunca lo había visto tan enojado. 


-¿Nunca te atrevas a decir algo diferente Shelby. O te llevaré de vuelta de donde viniste. Yo te llevaré de vuelta.-


 En el pasillo, Shelby comenzó a gritar, y no se detuvo hasta que Jeremy cerró la puerta de su dormitorio. El regresó a mi habitación y se detuvo en la puerta. Yo estaba lentamente apilando de nuevo mis libros en el escritorio. Las palabras temblaban en mis manos mientras lo hacía. Pensé después en Jeremy , despues me di cuentra de que no habia muchos lugares donde un hombre lobo podía ir. Más tarde, oí Ulrik y Beck hablaban, 


-Eres demasiadoduro con Shelby, - dijo Ulrik. -Ella tiene un punto. ¿Qué es lo que crees que el va a hacer con el aprendizaje de todo este maravilloso libro, Jeremy? No es como si alguna pueda ser como tú.- Hubo una larga pausa y Ulrik dijo, - ¿Qué no puedes estar sorprendido. No hace falta ser un genio para entender lo que estás pensando. Pero, dime, ¿cómo crees que Justin iría a la universidad? - Otra pausa. 


Jeremy dijo: - la escuela de verano. Y algunos créditos en línea. - y luego escuche -¿Quieres decirle tu que renuncie? - .


-No estoy diciendo que él deje ó que renuncie.-


-Justin no hace nada que no quiere. Quiere aprender. Es inteligente. -


 -Jeremy, ¿Vas a hacerle desgraciado, tu no le puedes darle todas las herramientas para triunfar, para luego no utilizar ninguno de ellas. Shelby estaba en lo correcto. Al final, somos los lobos. Puedo leerle poesía alemana y Paul se le puede enseñar acerca del pasado y podemos tocar a Mozart para él, pero al final, es una noche larga y fría y los bosques son de nosotros-


Jeremy hizo otra pausa antes de responder en tono cansado.


 -Déjame en paz, Ulrik, ¿de acuerdo? Déjame en paz -


Al día siguiente, Jeremy me dijo que no tenía que hacer mi tarea si no quería. Esperé hasta que se fue, y luego hice el trabajo, de todos modos. 


Ahora, yo deseaba más que nada de lo que Jeremy estuviera aquí conmigo. Giré la llave en la cerradura, sabiendo lo que podía encontrar un paquete de sobre y, probablemente, una hoja para recolectar más en la oficia postal. Pero cuando abrí la caja, había sólo dos cartas y algunos volantes basura. 


Alguien había estado aquí. 
Recientemente.




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