miércoles, 4 de julio de 2012

Capitulo 26


Tumblr_m5uvxz0uem1r0oqiso1_1280_large
Tu
1.6°C

Yo no pude mantener juntos mis pensamientos. Me quedé en la cocina, mirando a los gabinetes, que estaban cubiertos con fotografías de personas sonrientes, los miembros de la manada, como humanos.


Normalmente, yo hubiera mirado a las fotografías en busca del rostro de Justin, pero yo seguía viendo la forma de su cuerpo roto en la bañera y oyendo el terror en su voz. La visión de él, temblando en el bosque justo antes de que yo me diera cuenta de lo que le estaba pasando se repetía una y otra vez en mi cabeza. 


Cacerola, lata de sopa. el pan del congelador, cucharas. La cocina de Jeremy estaba obviamente abastecida para alguien que estaba familiarizado con el horario peculiar de un hombre lobo, que estaba llena de productos enlatados y alimentos en caja guardados en los anaqueles. Yo preparé todos los ingredientes en el mostrador para una cena improvisada, obligándome a concentrarme en la tarea que tenía en frente.


En la habitación contigua, Justin se sentó en el sofá debajo una manta, su ropa moviéndose en la lavadora. Mis jeans estaban muy mojados, pero tendrían que esperar. Al encender el quemador para preparar la sopa, intenté concentrarme en los controles, en la superficie brillante de aluminio. Pero en vez de eso, recordé a Justin convulsionando en el suelo, sus ojos vacíos, y el gemido animales que hizo cuando se dio cuenta de que se estaba perdiendo a sí mismo. 


Mis manos me temblaban cuando retire la tapa de la lata de sopa. Yo no podía soportarlo, pero tendrían que ser fuerte. Vi la mirada en su rostro mientras lo introducía en la bañera, al igual que sus padres lo debieron haber hecho. Dios, yo no podía pensar en eso. Al abrir el refrigerador me sorprendió ver un galón de leche, el primer alimento perecedero que primero encontraba en la casa. Parecía tan fuera de lugar que sentí como mis pensamientos se encendían. Comprobé la fecha de caducidad y esta era sólo de hace tres semanas, derramé la leche por el desagüe y fruncí el ceño mientras buscaba en el refrigerador otras señales de vida reciente. 


Justin todavía estaba acurrucado en el sofá cuando salí de la cocina para entregarle un plato de sopa y un pan tostado. El lo aceptó con una mirada más triste de lo habitual. 


-Debes estar pensando que soy un fenómeno.- 


Me senté en una silla de cuadros frente a él, metiendo las piernas debajo de mí, y sostuve mi plato de sopa en mi pecho para calentarme. El techo de la sala y la habitación todavía tenían corrientes de aire.


-Lo siento tanto -le dije. Justin sacudió su cabeza. 


-Era la única cosa que podías hacer. Yo sólo. . . no debí haber perdido la cabeza de esa manera.- Hice una mueca, recordando la forma en que su cabeza golpeaba la pared y sus dedos extendidos a través del aire mientras trataba de salir de la bañera. -Lo hiciste muy bien- dijo Justin, y me miró mientras tomaba su pan tostado. Parecía reconsiderar sus palabras, y luego volvío a decir: -Lo hiciste muy bien.
¿Estas. . .?- vaciló y luego miró hacia donde yo estaba, a varios pies de distancia de él. Algo en su mirada hizo que el espacio vacío en sofá junto a él fuera evidente.


-¡No te tengo miedo!- le dije. -¿Es eso lo que estas pensando? Yo solo creí que te gustaría un poco de espacio, mientras comías.-


En realidad, en cualquier otro momento me hubiera felizmente metidó debajo de la manta con él, especialmente con él, estando tan calientito y sexy, en esos viejos suéteres que encontró en su antigua habitación. Pero yo sólo. . . sólo necesitaba poner en orden mis ideas, y no creía que lo podía hacer eso
mientras estaba sentada a su lado. Justin sonrió, el alivio se mostraba en todo el rostro. 


-La sopa esta buena- 


-Gracias.-

Realmente no estaba tan bueno, de hecho tenía un sabor a enlatado, pero yo tenía hambre suficiente como para que no me importase. Y la acción mecánica de comer ayudó a despejar las imágenes de Justin en la bañera.


-Háblame más sobre tus habilidades telepáticas y esas cosas- le dije, deseando que el siguiera hablando, para escuchar su voz humana. Justin tragó su bocado. 


-¿La qué?- preguntó.


-Tu dijiste que me mostraste el bosque, cuando eras un lobo. Y que los lobos hablaban entre ellos de esa manera. Háblame más sobre eso. Quiero saber cómo funciona-


Justin se inclinó hacia adelante y puso su plato sobre el suelo, y cuando él se sentó y me miró a los ojos, su rostro parecía cansado. 


-No es como tu dices.-


- Yo no dije que sabía como era-  le dije. -¿No es como qué?-

-No es un superpoder-  respondió. - Es un premio de consolación.- Cuando lo miró el añadió -Es la única manera que tenemos para comunicarnos. No podemos recordar las palabras. No podríamos decirlas incluso si pudiéramos envolver nuestro cerebro de lobo alrededor de ellas. Así que lo único que tenemos son imágenes que podemos enviarnos los unos a los otros. Simples Imágenes. Postales desde el otro lado-

-¿Me puedes enviar una ahora?-

Justin se recostó en el sofá, envolviendose la manta alrededor de sí mismo.

-Ni siquiera puedo recordar cómo hacerlo ahora. Mientras soy yo. Sólo lo puedo hacer cuando soy un lobo. ¿Por qué lo necesitaría ahora?, cuando tengo palabras. Puedo decirte lo que quiera-

Pensé en decirle que las palabras no eran suficientes, que sólo pensar en ellas me dan una pena que me era desconocida. Así que en vez de eso dije -Pero yo no era un lobo cuando me mostraste el bosque. ¿Así que los lobos pueden hablar con otros miembros de la manada, cuando esos miembros son humanos?-


 Los ojos de Justin párpadearon en dirección de mi cara. 


-No lo sé- dijo él - No creo que haya tratado con nadie más, sólo con los lobos.-Respondió y dijo preguntó de nuevo: - ¿Por qué lo necesitaría hacer? -

Había algo amargo y cansado en su voz. Puse mi plato en la mesa de centro y me reuní con él en el sofá. Él levantó la manta para que yo pudiera acurrucarme junto a él, y luego apoyó su frente contra la mía con los ojos cerrados. Por un largo momento, sólo descanso allí, y luego abrió los ojos de nuevo y dijo.


-Lo único que importaba era enseñarte cómo llegar a casa- dijo él en voz baja. Su aliento calentaba mis labios. -Cuando cambiaras, quería asegurarme de que supieras cómo encontrarme.-

Pasé los dedos por su pecho desnudo que era visible por encima del cuello suelto de su sudadera. Mi voz salió un poco desigual. 


-Bueno. . . te encontré.-


La secadora zumbaba desde el pasillo, un extraño sonido de ocupación en esta casa vacía. Justin parpadeó y se echó hacia atrás. 


-Debo ir a sacar mi ropa.-


 Abrió su boca como si fuera a decir algo más, pero en su lugar se ruborizó. 


-La ropa no se va a ir a ninguna parte -le dije. 


-Tampoco lo haremos nosotros si no logramos entrar a la bronco y recuperamos llaves -señaló Justin -Estoy pensando que debería ser más temprano que tarde para eso. Sobre todo porque vas a tener que hacerlo tú. Yo no puedo soportar estar ahí afuera por mucho tiempo.-


De mala gana, me volví para que él pudiera soportar el peso de la manta a mi alrededor. Pude ver el contorno de sus hombros por debajo de esta y pensé en el toque de su piel debajo de mis dedos. El me vio mirándolo y me sostuvo la mirada durante medio segundo antes de desaparecer en la oscuridad del pasillo. 


Algo rugió dentro de mí, con hambre y deseo. Me senté en el sofá después de que se fue, debatiéndome entre si debería seguirlo o no al cuarto de lavandería, hasta que la razón ganó. Tomé los platos y los llevé a la cocina, y luego regresé a la sala para hurgar entre las fotos de la chimenea. Quería conseguir ver al hombre lobo que se llamaba Jeremy, el dueño de la casa. El que había criado a Justin.


La sala de estar al igual que el exterior de la casa era cómoda y estaba llena de telas a cuadros y de colores en tonos rojos con detalles en madera oscura. Una de las paredes de la sala estaba casi totalmente formada por altas ventanas, y la ya oscura noche invernal parecía entrar en la habitación sin permiso. Le di la espalda a las ventanas y miré a una foto en la repisa de la chimenea: un grupo de caras sonrientes a la cámara. Me hizo pensar en la imagen de Rachel, Olivia, y yo, y sentí una punzada antes de concentrarme en las personas en esta foto.

De las seis figuras en la foto, mis ojos encontraron inmediatamente a Justin. Esta era una versión ligeramente más joven de él, con la piel bronceada por el verano. La chica de la fotografía estaba a de pie junto a él, era de su misma edad, su pelo rubio y largo alcanzaba más allá de sus hombros. Ella era la única que no sonreía a la cámara. En su lugar, ella estaba mirando a Justin de una forma intensa que hizo que mi estómago se revolviera. Un toque suave en mi cuello me hizo dar media vuelta en forma defensiva, y Justin saltó hacia atrás, riéndose, con las manos en el aire. 


-¡Tranquila!- dijo él.


Yo tragué el rugido que se formo en mi garganta sintiendome estupida, y frotó la piel todavía en mi hormigueado cuello, donde me había besado. 


-Deberías hacer algo de ruido.- Le dije y le hizo un gesto hacia la foto, todavía sintiéndome un poco rara acerca de la la chica sin nombre junto a él. -¿Quién es ella?-

Justin bajó las manos y se puso detrás de mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi estómago. Su ropa olía a limpia, a jabón, su piel desprendía indicios de lobo de su muy cerca transformación. 


-Shelby - Apoyó su cabeza en mi hombro, son su mejilla contra la mía. Mantuve mi voz firme 


-Ella es bonita- le dije. 


Justin gruñó de una manera suave y salvaje que hizo que mi cuerpo se tensara con nostalgia. Apretó sus labios contra mi cuello, no era del todo un beso. 


-Sabes… tu las has conocido antes.-


No hacía falta ser un genio para entenderlo.

-Es la loba blanca.- Y luego le pregunte, porque lo quería saber. - ¿Por qué te esta mirando así?-


-¡Oh, ________!- dijo él, levantando sus labios de mi cuello. -Yo no lo sé. Ella es. . . no lo sé. Ella cree que está enamorada de mí. Ella quiere estar enamorada de mí. -


-¿Por qué? - Le pregunté.

El me dió una risita tímida.

-¿Por qué preguntas cosas tan díficiles de responder? No lo sé. Ella tuvo una mala vida, creo, antes de llegara a la manada. A ella le gusta ser un lobo. A ella le gusta pertenecer a la manada. Supongo que tal vez ella ve como Jeremy y yo somos el uno alrededor del otro y cree que si estuviera conmigo la haría pertenecen a esta aún más-  


-Es posible estar enamorada de ti solo por quien eres- le señalé. El cuerpo de Justin se puso tenso detrás de mí. 


-Pero no es por lo que soy. Es una obsesión ...-

-Yo estoy obsesionada -le dije.

Justin dejó escapar un profundo suspiro y se alejó de mí.

Despues yo suspiré.

-Shhhhh. No te tenías que mover ¿sabes?-

-Solo trato de ser un caballero.- dijo él. Yo me recosté contra él, sonriendo a sus preocupados ojos. 


-Bueno. . . no tienes porque intentarlo demasiado- trate de bromear. 


El contuvo la respiración, esperó un largo rato, y luego cuidadosamente besó mi cuello, justo debajo de mi mandíbula. Me di la vuelta aún en sus brazos para poder besar sus labios, aún vacilante y pretendiendo ser encantadora. 


-Estaba pensando en el refrigerador - susurré. Justin se echó atrás, muy ligeramente, y sin liberarse de mis brazos. 


-¿Estabas pensando en el refrigerador?- preguntó 


-Sí. Estaba pensando en cómo no sabías si el generador estaría encendido aquí para el invierno. Pero lo estaba. - Él frunció el ceño, y yo repase el pliegue entre sus cejas. -Entonces, ¿quién paga la factura de la energía eléctrica? ¿Jeremy?- Cuando él asintió, yo seguí, -Había leche en el refrigerador Justin. Era sólo de hace un par de semanas. Alguien ha estado aquí. Recientemente-


Los brazos de Justin que estaban alrededor de mí se había aflojado y sus ojos se habían puesto aún más tristes. Toda su expresión era complicada, su cara era un libro en un idioma que yo no entendía. 


-¿Justin? - le dije, tratando de traerlo de vuelta a mí. Pero su cuerpo se había puesto rígido. 


-Debo llevarte a casa. Tus padres estarán preocupados - Yo me reí, cortante y sin sentido del humor.


 -Sí. Estoy segura de eso- dije sarcásticamente, y luego pregunte seria -¿Qué es lo que pasa?-


 -Nada.-Justin sacudió su cabeza, pero estaba notablemente distraído. -Quiero decir, no nada. Solo que ha sido un día muy difícil, eso es todo. Sólo. . . estoy cansado, supongo.-


De hecho si veía cansado, algo oscuro y sombrío en su expresión lo decía. Me preguntaba si el que casi cambiara le había afectado, o que tal vez debí quedarme callada acerca de Shelby y Jeremy. 


-Pero tú vienes conmigo a casa.- El tiró de su barbilla hacia la casa a su alrededor. -Vamos-  le dije. -Yo aún sigo preocupada de que vayas a desaparecer-

-No voy a desaparecer- me respondió.

Sin darme cuenta, comencé a pensar en él, en el suelo del pasillo, acurrucado, haciendo un suave ruido con dificultad, mientras luchaba por permanecer humano. De inmediato me arrepentí de haberlo pensado. 


-No puedes prometerme eso. No quiero ir a casa si tú no vienes conmigo. - Justin gemió suavemente. Las palmas de sus manos rozaban la piel desnuda en debajo del borde de mi camiseta, sus pulgares trazaban a mi lado su deseo.


-No me tientes- me dijo.

Yo no le dije nada más, sólo me quede en sus brazos mirándolo.

El metió la cara en mi hombro y se quejó otra vez.

-Es tan difícil comportarme cuando estoy junto a ti.- Y después se apartó de mí. -Yo no sé si debería seguir quedándome en tu habitación. Dios. . . apenas tienes, cuantos, diecisiete años-.


-Y tú eres tan viejo, ¿verdad?- Le dije, a la defensiva.

-Tengo dieciocho años- dijo él, como si fuera algo para sentirse triste. -Por lo menos soy legal-

Me eché a reír, aunque nada de esto era gracioso. Mis mejillas se sentían calientes y mi corazón latía con más fuerza en mi pecho.


 -¿Estás bromeando?-


 -________ -dijo él, y el sonido de mi nombre hizo que mi corazón se desacelerara de inmediato, me tomó del brazo. -Yo sólo quiero hacer bien las cosas, ¿de acuerdo? Sólo tengo una oportunidad para hacer las cosas bien contigo.-


Lo miré fijamente. La habitación estaba en silencio excepto por el ruido de las hojas que volaban contra las ventanas. Me preguntaba como lucía mi rostro en ese momento, mirando a Justin. ¿Acaso era la misma mirada intensa que Shelby llevaba en la fotografía? ¿Obsesión? La helada noche pegaba la ventana junto a nosotros, una amenaza de que se convertiría en algo más real esta noche. Esto no se trataba de deseo. Se trataba de miedo.


-¡Por favor, vuelve conmigo!- le dije. Yo no sabía lo que haría si él decía que no. No podía soportar el que volviera aquí por la mañana y encontrarlo como un lobo. Justin debío de haberlo visto en mis ojos, porque él sólo asintió y recogió el slim - jim.




1 comentario:

Comenta, quiero saber tu opinion! :D