martes, 10 de abril de 2012

Capitulo 5


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Tu
6.7°C 


Yo no me dí cuenta que los lobos en el bosque eran todos hombres lobos hasta  que Jack Culpeper fue asesinado. Fue en Septiembre durante mi tercer año de  preparatoria. Jack eral lo único de lo que se hablaba en mi pequeña ciudad. No  era realmente que Jack hubiera sido una asombrosa persona cuando vivía,  aparte de tener el coche más costoso de nuestro estacionamiento, incluyendo el 
del Director de la Escuela. De hecho siempre fue un imbécil, pero cuando fue  asesinado de pronto se convirtió en santo, y de hecho su popularidad crecía con las horas, debido a como sucedió. 


Para el quinto día después de su muerte, yo ya había escuchado miles de historias sobre él en la escuela, pero la conclusión era la misma, ahora todos  estaban aterrorizados de los lobos. 


Debido a que mamá no veía las noticias con frecuencia y papá nunca estaba en casa, la ansiedad de la comunidad llegó muy lentamente a mi casa, tomándose unos cuantos días antes de que realmente se le diera importancia. 


Mi incidente con los lobos se había borrado de la mente de mi madre en los últimos seis años, remplazado por hermosas fragancias y bellos colores. Pero la muerte Jack pareció refrescarle la memoria en el momento perfecto, claro, muy lejos de que esta ansiedad se transformara en algo más lógico, como que mi madre pasara más tiempo de calidad con su única hija. La única que en realidad había sido atacada por los lobos, pero en su lugar, ella solo usó como pretexto para ser más desconsiderada de lo usual. 


“Mamá, ¿necesitas que te ayude con la cena?”. Mi madre ni siquiera me miró y cambió su atención por un segundo de la televisión que podía ver claramente desde la cocina al plato con champiñones que trataba de picar. 


“Fue tan cerca de aquí, donde lo encontraron”. Dijo mamá, señalando al televisor con el cuchillo. El presentador de noticias, lucía sinceramente insensible, mientras un mapa de nuestro condado aparecía junto con la foto de un lobo en la esquina superior de la pantalla. “La búsqueda de la verdad” dijo él “continúa”, uno creería que después de una semana de hablar sobre lo mismo una y otra vez, al menos abordarían el tema de manera más sencilla. La foto no era ni siquiera de la misma especie que mi lobo, con su pelo hermoso y gris ,y esos ojos en tonos mieles. 


“¡Yo aún no puedo creerlo! Mamá continúo. Fue justo al otro lado del límite del bosque, ahí fue donde lo asesinaron”… 


“Ó murió tal vez”, dije yo. Mamá frunció el ceño de forma tan delicada y sofisticada como de costumbre. “¿Qué dijiste?”, preguntó. 


Yo regrese mi atención a mi tarea, de forma conforante miraba los números y símbolos. “El bien pudo estar tan borracho y quedarse dormido del lado del bosque, y los lobos tal vez solo lo arrastraron mientras estaba inconsciente. No es lo mismo, no creo que vayan simplemente por ahí tratando de causar 
pánico.” 


Una vez más la atención de mamá regresó al televisor, mientras seguia picando los champiñones en piezas aún mas pequeñas que una bacteria. Ella sacudió la cabeza, “ellos lo atacaron ____________(tn)”. Me quede mirando a la ventana, hacia el bosque, las pálidas líneas de los árboles, fantasmas a través del vidrio. Si mi lobo estaba allí, no podía verlo. 


“Mamá, tu fuiste la que me dijiste una y otra y otra vez que los lobos son usualmente pacíficos. Los lobos son criaturas pacíficas había sido el lema de mamá por años. Creo que la única manera de seguir viviendo en esta casa era si se convencía ella misma de que los lobos eran relativamente inofensivos, e insistir en que mi ataque fue un evento único, aunque no estaba segura si ella realmente creía que eran pacíficos, pero yo si lo creía. Al mirar al bosque, todos los años de mi vida veía a los lobos. Memorizando sus caras y sus personalidades. Claro que aún estaba el lobo con mirada secreta y loca que se quedaba siempre en el fondo del bosque, solo visible en los meses más fríos, todo acerca de él, su pesado y largo pelo, su nariz deforme, su oreja en forma de muesca, su mirada penetrante, gritaba dentro de un demente cuerpo y la manera en que podía poner sus ojos en blanco susurraba una mente demente. 


Recuerdo bien sus dientes sobre mi piel, podía imaginarlo atacando de nuevo a alguien el bosque. También estaba la blanca loba, yo había leído que los lobos se unían para sobrevivir y la había visto con el líder de la manada, que era un lobo muy grande, el era tan negro como ella era blanca. Los veía cruzar el bosque a través de los esqueletos de árboles para beber agua fresca. Ella tenía una especie de salvaje belleza, también podía imaginarla atacando a un humano, ¿pero el resto de ellos?, eran solo hermosos fantasmas silenciosos en el bosque, yo no les temía. 


“Aja, son pacíficos…”. Dijo mamá golpeando el plato. “Tal vez solo debería atraparlos y abandonarlos en Canadá o algo así”. Yo solo mire a mi libreta. Los veranos sin mi lobo ya eran suficientemente malos. 


Cuando era niña, esos meses parecían interminables, solo tiempo que pasaba mientras esperaba que 
reaparecíeran los lobos, y solo se volvieron peor después de que conocí a mi lobo de ojos mieles. 


Durantes esos largos meses, imaginaba asombrosas aventuras, donde por la noche yo me convertía en lobo y huía con mi lobo hacia un bosque dorado, donde nunca nevaba. Yo ahora sabía que el bosque dorado no existía, pero la manada y mi lobo de ojos mieles si existían. 


Suspirando, empujé mi tarea fuera de la mesa de la cocina y me uní a mamá llevando la tabla para cortar verduras, “ déjame hacerlo, tu solo lo estas arruinando”, le dije, ella no protestó y realmente no esperaba que lo hiciera. 


En su lugar me dio una sonrisa y una mueca que me decía que se alegraba de que por fin notara el penoso trabajo que ella estaba haciendo. “Si continúas preparando la cena… ¡te amaré para siempre!” dijo ella. Le hice una mueca y tome el cuchillo de su mano. Mamá siempre estaba ausente de mi vida, ella nunca sería la amiga de las mamas de mis amigas, o del tipo de cocinar. 


Realmente yo no quería que fuera como ellas, pero en ese momento, yo necesitaba seriamente terminar mi tarea. “Gracias querida, estaré en el estudio” anunció. Si mamá hubiera sido una de esas muñecas que dicen 6 frases diferentes cuando les presionas su pancita, esa hubiera sido una de sus frases 
pregrabadas. “No te desmayes con el ároma de las pinturas” le dije, pero ella ya estaba subiendo las escaleras. 


Haciendo los champiñones en forma de una bola, miré al reloj colgado de la pared amarilla. Aún faltaba una hora para que papá estuviera de regreso del trabajo. Yo tenía el tiempo suficiente de terminar la cena y después tratar de vera mi lobo. Había una especie de corte de carne en el refrigerador, que yo supuse debía ir mezclado con los champiñones. Lo saqué y lo puse sobre la tabla para cortar. En el fondo, en el televisor un experto hablaba sobre que la población de lobos debía ser limitada o movida de Minnesota, todo eso me puso de malas.


 El teléfono sonó. “Hola, ¡hey! ¿qué pasa?” era Rachel, estaba contenta de escuchar de ella, era totalmente opuesta a mi madre, totalmente organizada, me hacía sentir menos como un alien. 


Sostuve el telefono entre mi oído y mi hombro, mientras revolvía la carne y hablaba, guardé un pedazo del tamaño de mi puño, para después. “Sólo haciendo la cena y viendo las estúpidas noticias”. Ella supo inmediatamente de lo que estaba hablando. “¡Lo sé!, es como algo surreal, como si no tuvieran 
suficiente y siguen hablando sobre lo mismo, es algo asqueroso, ¿Porqué no solo pueden callarse y dejarnos olvidar todo esto?, ya es demasiado con ir a la escuela y escucharlo todo el tiempo allí y tú con lo lobos y todo eso, debe ser muy difícil para ti, y los padres de Jack realmente solo han de querer que los 
reporteros se callen”.


 Rachel estaba hablando tan rápido que yo apenas y podía entenderla, de hecho me perdí de mucho de lo que ella dijo en medio y luego preguntó, “¿Selena te ha llamado?” Selena era la tercera en nuestro trío. La única que se acercaba a entender mi fascinación con los lobos, rara era la noche cuando no hablaba con ella o con Rachel por teléfono. “Probablemente esta afuera tomando fotos, ¿no hay una lluvia de estrellas esta noche?” le dije. 


Selena veía al mundo a través de su cámara. La mitad de mis memorias de escuela parecían estar enmarcadas en fotografías en blanco y negro. Rachel dijó “Creo que tienes razón, Selena definitivamente va a querer un pedazo de esa actividad astronómica, ¿tienes tiempo para platicar?”. Yo miré al reloj, solo un 
poco mientras termino la cena, depués tengo tare pendiente. “Ok, solo un segundo más entonces. ¡Dos palabras baby! Es-cape” dijo ella. 


Empecé a cocinar la carne en la estufa. “Esa es una sola palabra Rach” contesté. Ella hizo una pausa “Sí…sonaba mejor en mi cabeza, como sea, esta es la cosa. Mis padres dijeron que si yo quería ir algún lugar para las vacaciones de navidad de este año ¡me pagarían el viaje¡ Realmente quiero ir de vacaciones, a cualquier lugar excepto Mercy Falls, ¡cualquiera! ¿Crées que Selena y tú puedan vernir y ayudarme a escoger mañana después de la escuela?” 


“Sí claro”, le dije. Si es un lugar muy padre. Tal vez Selena y tú puedan venir también”, dijo Rachel. Yo no conteste de inmediato. La palabra navidad inmediatamente me mandaba una imagen de nuestro árbol de navidad, el infinito cielo de Diciembre que se posaba sobre nuestro patio trasero y los ojos 
de mi lobo mirandome por detrás de los árboles cubiertos de nieve. No importaba su ausencia el resto del año, yo siempre tenía a mi lobo para navidad. 


Rachel suspiró, “No hagas esa pausa silenciosa donde te quedas viendo al espacio Grace, puedo verlo desde aquí, no puedes decirme que no quieres salir de este lugar“dijó ella, casí gritando. De hecho yo no quería salir. Era como si perteneciera aquí. “Yo ne he dicho que no”, protesté. “Si, pero tampoco dijiste ¡Oh, Dios Mío Sí! Eso era lo que debiste haber dicho Pero vendras a mi casa ¿no es así?” preguntó. “Sabes que lo haré” le dije mirando a través de la ventana. 


“Pero ahora realmente tengo que irme”. A lo que respodió “Si, si si y no olvides traer galletas. Te quiero. Adios”. Y porfin colgó. 


Tomando mi abrigo, abrí la puerta trasera, el frío rompía conta mi mejilla y hacía que me doliera el oído, recordándome que el verano había oficialmente terminado. Yo sabia que mi lobo me reconocería incluso con abrigo. Me paré sobre la orilla del patio y miré hacia el bosque, tratando de no lucir tan 
entusiasmada, con el pedazo de carne en mi mano.


 Me detuve ahídeslumbrada por el color rosa del atardecer. Este pequeño mundo estaba lejos del confort de la cocina donde se suponía que debía pertenecer, donde debería desear estar, pero los árboles me llamaban. Rogándome que abandonara lo que conocía y me desvaneciera a través de la noche que se aproximaba. Era un deseo que me rodeaba con frecuencia estos días. La oscuridad al final del bosque cambió y ví a mi lobo parado junto a un árbol, estaba fijado en la carne que sostenía mi mano. 


Mi alivio solo duro un poco y pronto el color miel de sus ojos iluminó su cara, ahora podía ver que su barbilla estaba sucia con sangre vieja y seca, seca de días. Su olfato sirvió y olió la carne nuevamente. 
La carne o mi aroma fue suficiente para que avanzara unos pasos fuera del bosque y unos pasos más. Más cerca de lo que había estado antes. Lo enfrenté. 


Tan cerca que pude a ver tocado su cara o frotado su pelo. Yo deseaba tanto que esa sangre fuera de él, una vieja cortada o rasguño. Pero no lucías así, parecía que le pertenecía alguien más. “¿Lo mataste? Susurré. El no desapareció al sonido de mi voz como me esperaba. El estaba tan quieto como 
una estatua. Sus ojos mirando mi cara en vez de la carne en mi mano. “Es de todo lo que hablan en las noticias” le dije, como si me pudiera entender. “Lo llaman salvaje, dicen que animales salvajes lo hicieron” ¿tú lo hiciste?” 


Me miró por unos segundos más sin moverse o parpadear, y después por primera vez en seis años, él cerró sus ojos. Esto iba en contra de todo instinto animal que un lobo poseía. Un momento sin parpadear y ahora el estaba congelado en casi pena humana, sus ojos brillantes se cerraron, su cabeza hacia abajo y su cola 
también.


 Era la cosa más triste que yo había visto. Lentamente , apenas y moviéndome me acerqué a él, temerosa solamente de asustarlo, no de sus colmillos. Sus orejas se levantaron, dándose cuenta de mi presencia, pero él no se movió. Me arrodillé, tirando la carne contra la nieve debajo de mí. Miró cuando aterrizó. Yo estaba lo suficientemente cerca como para oler su pelo y sentir su cálido aliento. Y después hice lo que siempre deseé hacer.


Puse mi mano en su hocico y cuando él no se movió, lo sostuve con ambas. Su pelo no era tan suave como lucía, pero debajo de él había unos pequeños y suaves. El se presiono contra mí con sus ojos aun cerrados, lo sostuve como si fuera un perro de la familia, aunque su salvaje aroma no me dejaba olvidar lo que él en 
realidad era. Por un momento olvide dónde o quién era yo, por un momento no importaba. Un movimiento cruzó mi mirada, lejano, apenas visible con esta luz, la loba blanca estaba viendo todo desde la orilla del bosque, su mirada de fuego. Sentí algo contra mi cuerpo y me di cuenta que mi lobo le esta gruñendo. La loba se acercó y mi lobo se libero de mi abrazó para enfrentarla. 


Salté al sonido de sus dientes que la empujaban. Ella nunca gruñió y de alguna manera fue peor. Un lobo debería gruñir, pero ella solo nos miró, sus ojos cambiando de mí a él, todo su lenguaje corporal gritaba odio. Aun presionando, mi lobo se acercó más a mi, forzándome a retroceder hacia mi puerta. 


Mis pies encontraron los escalones y me dirigí hacia la puerta. El se quedó al inicio de los escalones hasta que entré y cerré la puerta. Tan pronto como estuve adentro de la casa, la loba blanca avanzó y tomó la carne, pero fue a mí a quien su mirada encontró. Sostuvo mi mirada por un largo minuto antes de regresar al bosque como un fantasma. 


Mi lobo dudo en la orilla del bosque, sus ojos se iluminaba con la luz de la cocina. El aun veía mi silueta a través de la puerta, yo presioné mi mano contra el vidrio frío, nunca antes la distancia entre 
nosotros se había sentido tan grande.


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Chicas espero que les guste y si maniana tengo tiempo les subo otro!