
Justin
3.9 ° C
Mientras estaba recostado en la cama de _________ esa noche, sorprendido por la noticia de la aparición de Jack en la escuela, miraba al techo, sin poder dormir, la oscuridad era solo interrumpida por el halo oscuro de su cabello sobre la almohada. Y entonces pensé en los lobos que no actuaban como lobos. Y pensé en Christa Bohlmann.
Habían pasado años desde que el recuerdo de Christa había cruzado por mi mente, pero el ceño fruncido de ____________ cuando hablaba de Jack, y el acecho al lugar donde no pertenecía lo había traído todo de nuevo a mi memoria.
Recordé el último día que la vi, cuando Christa y Jeremy estaban pelenado en la cocina, en la sala, en el pasillo, de nuevo en la cocina, gruñendo y gritándose el uno al otro mientras se rodeaban como lobos. Yo era más joven, alrededor de ocho años, por lo que Jeremy me parecía parecido como un gigante en ese entonces, un furioso dios que apenas podía contener su ira. Dando vueltas y más vueltas a la casa con Christa, una mujer joven y corpulenta, con un rostro manchado por la rabia.
-Has matado a dos personas, Christa. ¿Cuándo le vas a hacer frente a eso?-
-¿Las maté? ¿Las maté?- Su voz era estridente en mis oídos, como uñas
raspando vidrio. - ¿Y que hay de mí? Mírame a mí. Mi vida se acabó-
-No se ha terminado -Jeremy la interrumpió. - Aún respiras ¿no es así? Tu corazón sigue latiendo. No puedo decir lo mismo de tus dos víctimas.-
Recuerdo retrocediendo a la voz de Christa, un grito apenas comprensible.
-¡Esto no es una vida!-
Jeremy, furiosó le gritó sobre el egoísmo y la responsabilidad, y ella replicó con una serie de palabras vulgares que me sorprendió escuchar, yo nunca antes había oído esas palabras.
-¿Qué hay de ese tipo en el sótano?- Jeremy preguntó.
Yo apenas podía ver la espalda de Jeremy, desde mi punto en la sala.
- Tu lo mordiste Christa. Ahora has arruinado su vida. Y también mataste a dos personas. Sólo porque te llamaban con palabras desagradables. Sigo esperando a ver algún remordimiento tuyo. Algo que me de una garantía de que esto no volverá a suceder-
- ¿Por qué yo te debería garantizar algo? ¿Qué me has dado tú? - Christa gruñó. Sus hombros encogidos se estremecieron. -¿Y ustedes se hacen llamar una manada? Ustedes son un aquelarre, una abominación, un culto. Yo voy a hacer lo que yo quiera y voy a pasar por esta vida como yo quiera.-
La voz de Jeremy eran terriblemente uniforme. Recuerdo que de repente sentí lástima por Christa, porque Jeremy detenía su furia cuando estaba en su peor momento.
- Prométeme que esto no volverá a suceder.-
Ella entonces me miró, no, no a mí, sino a través de mí. Su mente estaba en algún lugar lejos de allí, escapando a la realidad de su cambiante cuerpo. Pude ver una vena extenderse justo en la mitad de su frente, y me di cuenta de que sus uñas eran garras.
-Yo no te debo nada. Vete al infierno- .
Jeremy dijo en voz baja, - ¡Vete de mi casa!-
Ella lo hizo, cerró la puerta de vidrio con tanta fuerza que los platos en los armarios de la cocina temblaron. Unos momentos más tarde, escuché la puerta abrirse y cerrarse de nuevo, mucho más tranquila, como si Jeremy hubiera ido tras ella.
Recordaba que era lo suficientemente frío como para que me preocupara que Jeremy pudiera cambiar para el invierno y dejarme solo en la casa. Ese miedo fue suficiente para que me deslizara fuera del pasillo y dentro de la sala de estar, justo cuando escuché un masivo crack.
Jeremy tranquilamente entro a la casa, temblando de frío con la amenaza del cambio, y cuidadosamente cargo una pistola en el mostrador. Y entonces se dio cuenta de mi presencia, yo, de pie en la sala, con los brazos cruzados, mis dedos agarrando mi bíceps.
Todavía recuerdo la forma en que su voz sonaba cuando dijo, -No toques eso, Justin. - Hueco, confuso.
El había ido a su despacho y puso su cabeza sobre sus brazos, se quedo así todo el resto del día. Al anochecer, él y Ulrik habían salido sus voces eran baja y silenciosas, a través de la ventana, había visto a Ulrik sacar una pala de la cochera.
Y ahora, aquí estaba yo, acostado en la cama de ________, y en algún otro lugar estaba Jack. Personas enojadas no se hacían buenos hombres lobo. Mientras que __________ estaba en la escuela, yo había manejado hasta la casa de Jeremy. La calzada entrada estaba vacía y las ventanas oscuras, yo no tuve el corazón para entrar y ver cuánto tiempo había estado desocupada. Sin Jeremy para hacer vigilar la seguridad de la manada, ¿quien se suponía que debía mantener a en línea a Jack?
Una sensación desagradable de responsabilidad empezaba a apretarme por detrás de mi garganta. Jeremy tenía un teléfono celular, pero no podía recordar el número sin importaba cuánto tiempo hojeaba en mis recuerdos. Apreté mi rostro contra la almohada y recé para que Jack no mordiera a nadie, porque si él se convirtiera en un problema, yo no pensaba que fuera lo suficientemente fuerte para hacer lo que debería hacerse.
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La de la foto es como yo me imagino a Christa.
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